En 1360 en las cercanías de la Iglesia de San Mateo (ahora desaparecida) se abrió un lugar muy popular en el momento del “Castelletto di Rialto”, un alto lugar de placer donde la magistratura veneciana decidió concentrar las numerosas prostitutas. habitantes. El burdel público se llamaba “Castelletto” quizás porque estaba formado por casas altas como torres. Con el tiempo, el Castelletto tuvo unas normas muy precisas sobre lugares y horarios de trabajo, no permitidos más allá de las dos de la mañana, en las salidas, solo los sábados y con la cabeza cubierta con un pañuelo amarillo ...
Pero como se puede adivinar, controlar estas reglas no fue fácil y empeoró después del incendio de Rialto en 1514, lo que obligó a las prostitutas a integrarse en la ciudad. Algunos de ellos se refugiaron en el barrio donde la familia Rampani poseía un edificio. Viviendo en este barrio de “Ca 'Rampani”, (Ca', que significa casa) fueron apodados “Carampane”; probablemente en ese momento no muy atractivo, dieron origen a la palabra “ti xe una vecia carampana” (“eres un viejo carampana”), Todavía se usa hoy para indicar a una mujer cuya apariencia no es muy agradable.
Las cortesanas formaron una categoría distinta de sociedad en este momento. Mientras practicaban la prostitución, las cortesanas se distinguían socialmente no solo porque podían contar con abundantes ingresos y una protección influyente, sino también en virtud de su conocimiento altamente desarrollado de las artes y las letras. Algunos de ellos se distinguieron gracias a su talento artístico y literario, que pudieron ejercitar libremente gracias a su especial condición. En 1500 existía un catálogo de cortesanas con direcciones y precios indicados.
La más famosa de las poetas mujer de alegría fue sin duda, Veronica franco, nacida en una familia adinerada, se casó con un médico a una edad muy temprana. Rápidamente abandonó el lecho conyugal para dedicarse a una vida libre de libertinaje; Poeta y culta, mantuvo relaciones de amistad entre eruditos y nobles hasta tal punto que fue retratada por Tintoretto.
Cuándo Enrique III Rey de Francia Llegó a Venecia en 1574 quiso a toda costa conocerla pasando una noche con ella, en recuerdo de su encuentro Verónica le ofreció al rey su retrato y dos sonetos. A los 40, Verónica abandonó su actividad y fundó un refugio para ex prostitutas llamado “ayuda”. Pero su vida no terminó ahí…. A seguir.